“La educación es, antes que todo, diálogo. Dialogar es coeducar y coeducarse. Los nuevos canales de comunicación amplían estos procesos ofreciendo multiálogo y, por ende, multieducación”.
Prof. Carlos Enríquez Román
Internet (Red global o Red Internacional) inicialmente fue concebida como un instrumento o herramienta con un beneficio verdaderamente importante. Desplegó su utilidad en las actividades del ser humano comenzando por sus aplicaciones en actividades militares, luego en las informativas, más tarde en las económica-financieras y actualmente en las educativas (fundamentalmente en la provisión de datos e información y en la teleeducación) y en las comunicativas-sociales.
Lo que en un momento significó un modelo gris y monótono de comunicación a la fecha se ha tornado en una suerte de nuevo canal comunicativo bidireccional y hasta, si se quiere, multidireccional. Este canal es lo llamamos “Redes sociales”.
En este aspecto podemos centrar nuestro análisis para proponer elementos de discusión acerca de la influencia de estas redes sociales como herramienta importante en los procesos educativos en el marco de la era global y el dominio de las TICs.
Por medio de Internet, en referencia a nuestras oportunidades comunicativas, podemos transmitir pensamientos y sentimientos (información) a través de los correos electrónicos y podemos, asimismo, establecer conversaciones en tiempo simultáneo a través de los chats, las mensajerías instantáneas y las video – conferencias. El fondo de todo esto es que estas herramientas tecnológicas han influido (y vaya que sí lo han hecho) en nuestras maneras de comunicarnos y en las maneras de percibir el tiempo y el espacio; consecuentemente, han contribuido de forma significativa a cambiar nuestros conceptos, procedimientos y actitudes en nuestras relaciones sociales.
Últimamente hemos sido testigos vivenciales de cómo los múltiples sitios web que ofrecen novedosas posibilidades que son de aceptación mayoritaria de los usuarios, como el caso de “Facebook”, “Hi5”, “Youtube”, “Tagged”, “Wain” y últimamente el famoso “Twiter”, permiten crear espacios propios en la red para colgar fotos, videos, música, además de generar cadenas de amistades para compartir información, dejar mensajes y/o para sencillamente “mantenerse en contacto” no sólo con una sino con varias personas a la vez (también usuarios de dichos sitios). Y todo eso de forma gratuita.
Al margen de las opiniones que consideran la ausencia del contacto real pues éste viene a ser una suerte de “contacto artificial” sin interactuación y relación “cara a cara” entre los usuarios, lo que origina el aislamiento y la disminución de las capacidades de entender y pensar en forma activa y crítica, estos nuevos canales de comunicación virtual contribuye a la normalización de los patrones morales culturales pues, como funcionan en el espectro mundial, ha sido diseñados para promover la aparición de las denominadas “comunidades virtuales”; esto es unir perfiles con preferencias específicas (música favorita, hobbyes, lecturas, gustos concretos o generales, etc.) sin que el idioma sea un obstáculos ya que los traductores virtuales se han hecho cargo de romper las brechas lingüísticas.
Considerando entonces estas posibilidades de comunicación y socialización global y sus maneras variables, no es secreto que los jóvenes, hoy en día y por medio de estos recursos, se relacionan más y se van alineando a comunidades virtuales uniéndose por intereses muchas veces efímeros y ausentes de contenido como búsqueda de amigos o parejas ocasionales, equipos deportivos, clubs de fans, etc. al punto que por ello la construcción de la identidad y la personalidad se vuelva falsa.
Y este es el inconveniente. Por un lado, por situaciones de "reinvento", de cómo quisieran como les vean los demás, los estudiantes juegan peligrosamente a negar sus características y su misma personalidad y; por otro lado, por situaciones de seguridad, hay que considerar el hecho de que los datos personales deben no ser los verdaderos pues se corre el riesgo de que éstos sean utilizados con intenciones nada saludables.
Hay retos aún que deben ser tratados con pinzas por quienes pregonamos la valía de las redes en el campo educativo. Queda entonces recurrir a dialogar al respecto.